Las mantas del colector de escape generalmente están hechas de materiales resistentes a altas temperaturas diseñados para soportar el calor extremo y proteger los componentes cercanos. Estas mantas están compuestas por múltiples capas para un aislamiento óptimo:
Capa exterior: La capa exterior suele estar hecha de silicona, fibra de vidrio o tela aluminizada resistente al calor, lo que ayuda a proteger la manta del desgaste externo, la abrasión y la humedad.
Núcleo aislante: el núcleo suele estar hecho de materiales aislantes de alta temperatura, como fibra cerámica, fibra de sílice o fibra de basalto. Estos materiales se eligen por su capacidad para resistir temperaturas de hasta 2000 °F (1093 °C) o más, proporcionando un aislamiento térmico eficaz para contener el calor dentro del colector de escape.
Capa interior: La capa interior está diseñada para resistir el contacto directo con el colector, normalmente utilizando malla de acero inoxidable o fibra de vidrio tejida para proporcionar durabilidad y mantener la integridad estructural bajo calor extremo.
Estos materiales trabajan juntos para reducir las temperaturas debajo del capó, mejorar el rendimiento del motor y proteger los componentes sensibles del daño por calor.